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domingo, 14 de julio de 2013

Pane e libertà - Alberto Negrin (2009)


TITULO ORIGINAL Pane e libertà
AÑO 2009
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Español (Separados)
DURACION 200 min
DIRECCION Alberto Negrin
GUION Pietro Calderoni, Gualtiero Rosella e Alberto Negrin
INTERPRETES Y PERSONAJES
Pierfrancesco Favino: Giuseppe Di Vittorio
Raffaella Rea: Carolina Morra
Massimo Wertmuller: Palmiro Togliatti
Francesco Salvi: Bruno Buozzi
Danilo Nigrelli: Nunzio il massaro
Giuseppe Zeno: Barone Orlando Rubino
Giovanni Esposito: Tonino
Ernesto Mahieux: Ambulante
Federica De Cola: Anita
Emilio Bonucci: Achille Grandi
MUSICA Ennio Morricone
ESCENOGRAFIA Luciano Ricceri
PRODUCCION  Rai Fiction, Palomar
GENERO Biográfico / Drama

SINOPSIS La historia de uno de los mas importantes sindicalistas italianos: Giuseppe De Vittorio. Su nacimiento en el seno de una familia humilde, la muerte del padre a los 8 anos, la necesidad a esa temprana edad de trabajar como jornalero, sus ideas sobre un sindicato unido sin injerencias partidistas, la fuga al destierro por una condena a 12 anos de prision, la lucha en la guerra de España y el traslado a Paris durante la Segunda Guerra Mundial y su participación en la revuelta hungara de 1956 contra el propio partido comunista.





“Pane e Libertà”, miniserie de 200 minutos repartidos en dos capítulos, narra la historia de uno de los más importantes sindicalistas italianos: Giuseppe De Vittorio. Su nacimiento en el seno de una familia humilde, la muerte del padre a los 8 años, la necesidad a esa temprana edad de trabajar como jornalero, los dos matrimonios, sus ideas sobre un sindicato unido sin injerencias partidistas (que aglutinara tanto a fascistas como a comunistas convencidos), la fuga al destierro por una condena a 12 años de prisión, la lucha en la guerra de España y el traslado a París durante la Segunda Guerra Mundial o su vital aportación a la revuelta húngara de 1956 contra el propio partido comunista, son algunas de las hazañas glosadas en la presente miniserie.
Esta nueva incursión en el campo de la televisión supone la décima de las colaboraciones entre el cineasta Alberto Negrin (quien ha dedicado su dilatada carrera a ese formato) y el compositor Ennio Morricone. A sus espaldas, trabajos apreciables: desde las aventureras “El Secreto del Sahara” o “I Guardiani del Cielo” a las biográficas “Perlasca” y “Gino Bartali”, desde la oscura y claustrofóbica “L´Ultimo dei Corleonesi” hasta la elegante “Nanà” o la celebrada “Il Cuore nel Pozzo”.
El comienzo de la edición parece esconder toda una declaración de intenciones (“Quella Estate”), al remitir las notas de apertura directamente al “Romanzo” de “Novecento”, empleando Morricone, como en aquella, un himno cuya sencilla progresión, sin embargo, no alcanza la capacidad emotiva del precedente. El compositor italiano no tardará mucho en distanciarse de la obra compuesta para Bertolucci para centrar sus esfuerzos en una visión nostálgica y evocadora de la figura del sindicalista. De este modo, evita una mayor complicación armónica y tensión narrativa (verdaderos epicentros de su aplaudido trabajo para el director de “La Luna”) como las ofrecidas en aquella visión mordida de la Italia de los albores del siglo XX, donde trascendiendo la mera propaganda representaba de manera fascinante tanto la crudeza del fascismo como la utopía del comunismo. Esa complejidad que Morricone aportaba a través del uso de suaves líneas disonantes se ve convertida en este laudatorio “Pane e Libertà” en un humilde ejercicio de estilo que, orquestado con indudable técnica, parte de unos mimbres melódicos sencillos que respiran a través de progresiones y repeticiones instrumentales (sello predominante en gran parte de la obra del romano). Este ejercicio de “estiramiento melódico ad infinitum” provoca tanto la rápida empatía hacia la figura de De Vittorio como un dramatismo contenido propio de la epopeya, ofreciendo como resultado una escucha tan “disfrutable” como tediosa que, sin apenas sobresaltos, se zambulle en pasajes de marcado tono bucólico.
Alejándonos del contenido para fijar la vista en el continente, lo que más llama la atención en la nueva obra del ya octogenario maestro, es el amplio muestrario temático del que hace gala. Junto a dos temas centrales (el ya comentado “Quella Estate” y un nuevo himno, expuesto al corno en “Uniti”, que subraya los sentimientos de unidad sindical proclamados por Vittorio), Morricone se esfuerza en presentar una sucesión de motivos melancólicos diferenciados por su naturaleza tímbrica: al órgano (“Il Sacro del Lavoro”, “Del Sacrificio”), a la cuerda (“Lacrime e Sangue”, “Le Ragioni del Silenzio”), al corno (“Una Fede”) o a la armónica (“Noi Due”, “Pensiero Vivo”, “Fisarmonica”), aportando a través de ellos un tono evocador y melancólico que abraza sin disimulo el grueso de la obra.
Funcionando como mecanismos de contraste, Morricone introduce pasajes con los que corta de raíz el andamiaje pretendidamente romántico del conjunto, siempre para hacer hincapié en las intrigas políticas en las que se ve envuelto De Vittorio. Alejado más que nunca de la experimentación, en este grupo de cortes podemos disfrutar de una marcha macabra para bajos y cellos (“Tradito”), de una suspensiva y tensa acumulación de graves acordes en contrapunto a pizzicatos para cello y bajo (“Protesta”) o de un ostinato para piano que se apoya también sobre tensos acordes para percusión y cuerda (“Dissenso”), ya empleados hace una década en “Sostiene Pereira” (otra historia que discurre durante la época de los totalitarismos europeos).
Con este trabajo, Morricone demuestra seguir siendo fiel a sí mismo como representante de un universo melódico que se resiste a desaparecer frente a la creciente industrialización de la “nada” musical, del ambiente y la atmósfera electrónica. Sin embargo, ese estilo se haya anclado en modulaciones ochenteras tan previsibles, que se hace poco creíble el propósito del autor de “intelectualizar” una música que explícitamente brota plana y vacía de profundidad. Si en una mano disfrutamos de una fuerte y recia personalidad, en la otra asistimos a un discurso cuya pericia parece a día de hoy impropia para un músico de su talla. Demasiados recursos resultones para un artista que hace mucho tiempo perdió las ganas y la esperanza de reinventarse de nuevo.
Miguel Ángel Ordóñez
http://www.scoremagacine.com/Resenas_det.php?Codigo=1013&letra=


La vita leggendaria del sindacalista Giuseppe Di Vittorio, impegnato fino alla morte a lottare per l'unità dei lavoratori.

Puglia, fine '800. Dopo la morte del padre, il piccolo Giuseppe Di Vittorio è costretto a lavorare come spaventacorvi assieme ai braccianti di Cerignola per sostenere i bisogni della famiglia. Sfruttato dai marchesi Rubino-Rossi, maltrattato dai padroni della terra, assiste impotente all'uccisione di un amico, colpevole di aver chiesto un pezzo di pane in più da mangiare. Malgrado la giovane età, comincia a fare tesoro dei dolori e delle perdite subite, e da semianalfabeta si trasforma poco a poco in un sindacalista rivoluzionario, difensore dei diritti dei lavoratori e della dignità umana. Bersagliere a Monte Zebio, comunista al fianco di Gramsci e Togliatti, combattente antifascista durante la guerra civile spagnola, incarcerato dai nazisti a Parigi e poi liberato dai partigiani, Di Vittorio è stato anche combattente tra le file delle Brigate Garibaldi. Ed ha continuato a lottare per l'unione di comunisti, socialisti e democristiani in un unico sindacato, la Cgil. Tra delusioni, ammutinamenti e piccole conquiste sociali, è riuscito a diventare segretario della Federazione Sindacale Mondiale, e a perseguire il suo ideale di libertà e uguaglianza fino alla morte.
Una vita incredibile che la memoria ha messo da parte troppo presto. La fiction di Negrin punta la macchina da presa sulle tappe formative di una delle personalità più importanti della storia del sindacalismo in Italia. Il regista evita accuratamente la spiccia filosofia da supereroe, e prende in mano la vita di Di Vittorio, prima spezzandola in piccoli pezzi che simboleggiano gli ostacoli da superare, poi ricomponendola in un racconto epico che ha la leggerezza della favola e il rigore di un racconto didascalico. Il protagonista ha il coraggio di Ercole e, come il mito romano, affronta con audacia e tempra le 'dodici fatiche' che il fato gli propone. A rendere ancora più commovente lo straordinario percorso di vita del 'sindacalista della moto rossa', ci pensa la musica di natura popolare di Ennio Morricone che accompagna le decisioni e i punti di svolta di Di Vittorio, attribuendogli una dimensione di ordine epico. La fiction diventa così un'opportunità per conoscere un personaggio rimasto nell'ombra ma che ha contribuito a rendere più giusta la condizione dei lavoratori, "perché i lavoratori non hanno colore, sono tutti uguali, hanno tutti lo stesso odore".
Favino riesce a incarnare perfettamente la forza missionaria di Di Vittorio, il senso del dovere, l'amore per la cultura e la fiducia nell'intelletto, mostrandone pregi e difetti, compromessi avventati e scelte ponderate. Il resto del cast, dalla prima moglie Raffaella Rea al sindacalista riformista Francesco Salvi, si rivela un grande gruppo di lavoro che dà spessore e profondità psicologica alle vicende di un uomo del popolo che crede nel partito ma rimane estraneo a rovinose dinamiche di trasformismo politico. La sceneggiatura va oltre la semplificazione di una parabola e, pur sfruttando l'immediatezza di alcune frasi fatte, trova il tempo e il modo per offrire la complessità di un uomo, in tutti i suoi aspetti. Si guarda al passato per riflettere sul presente. Il film non risulta così un'affrettata operazione nostalgica ma funge da exemplum per capire le origini dell'attitudine civile che caratterizza, sempre meno, la società italiana. Un film che dice molte 'cose di sinistra', senza trucchi da vecchio populista, che non vuole colori o bandiere, ma parla a chi, ogni giorno, si sveglia presto per andare al lavoro.
Nicoletta Dose 
http://www.mymovies.it/dizionario/recensione.asp?id=55612

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