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viernes, 16 de marzo de 2012

Diabolik - Mario Bava (1968)


TÍTULO ORIGINAL Diabolik
AÑO 1968
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 99 min.
DIRECTOR Mario Bava
GUIÓN Mario Bava, Brian Degas, Tudor Gates, Arduino Maiuri (Cómic: Angela Giussani, Luciana Giussani)
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Antonio Rinaldi
REPARTO John Phillip Law, Marisa Mell, Michel Piccoli, Adolfo Celi
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia
GÉNERO Acción | Cómic. Robos & Atracos

SINOPSIS Diabolik (John Phillip Law), atractivo y educado ladrón de una época muy psicodélica, no está contento con todas las cosas buenas y brillantes que le da la vida. Menos aún cuando existen montañas de dinero que robar ante las mismísimas narices de estirados oficiales del gobierno, y joyas valiosas que extraer de los cajones de los súper ricos. Este esquivo canalla encuentra las más diversas maneras de vivir siempre al límite... (FILMAFFINITY)



TRAMA: Diabolik es un genial cerebro criminal que enloquece a la policía italiana. El inspector Ginko lleva años tratando de cazarlo a través de numerosas trampas, pero el ladrón siempre se sale con la suya. En un intento desesperado Ginko logra que que se restaure la pena capital, obtiene super poderes y desata una guerra sin cuartel contra el crimen organizado. El capo mafioso Ralph Valmont, acosado por la policía, realiza un pacto con Ginko: entregarle a Diabolik a cambio de una tregua. Y sumando a esto la oferta de una millonaria recompensa por la cabeza de Diabolik, pareciera que el maestro de ladrones no tiene lugar donde esconderse. Sin embargo la genialidad de Diabolik será puesta a prueba para poder salirse con la suya.
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Angela Giussani era una modelo italiana que en poco tiempo terminaría casada con el magnate editorial Gino Sansoni. Pronto Giussani comenzaría a desarrollar un particular interés en los negocios de su marido, a tal punto que formaría su propia empresa editorial, Astorina, a principios de los 60. Con la colaboración de su hermana Luciana, las Giussani pronto lanzarían una historieta que sería el mayor éxito de la casa: Diabolik, publicada en 1962.
Es interesante notar las causas del éxito de un comic (o fumetti, como lo llaman los italianos) basado en la figura de lo que es un tradicional villano. A mí se me ocurren dos causas probables: la naturaleza anárquica de este anti heroe - que realiza todo lo que el público siempre quiso hacer pero no puede - y las raíces mitológicas del personaje. Me refiero a los orígenes del caracter - Diabolik era un huérfano adoptado por una secta y entrenado en las artes criminales en una isla secreta; ya adulto, escapa del lugar no sin antes liquidar a sus maestros y adoptando el nombre de la pantera que el líder de la secta tenía como mascota -. Caracterizado por una belleza física abrumadora, un cerebro excepcional, conocimientos científicos de todo tipo y un coraje indoblegable, Diabolik acosaría tanto a los hampones como a la policía, robando sus bienes sin dejar rastro - todas sus características hacen pensar en Fantomas, obvia influencia inspiradora de la historieta -. Ya que el personaje no tenía demasiados escrúpulos a la hora de matar, la polémica saltó en Italia y pronto el comic fue paulatinamente transformándose en una especie de Robin Hood, en donde Diabolik sólo hurtaba a los mafiosos y los ricos. La tira se sigue publicando hasta el día de hoy, siempre con gran suceso.
Y con el éxito de la serie de TV Batman, vino la primera oleada de adaptaciones de comics al cine a mediados de los sesenta. Resulta notable observar que, mientras los comics americanos se caracterizaron por su sentido de justicia y su aspecto más fantasioso y colorido, las historietas europeas siempre hicieron hincapié en relatos más oscuros y realzando el estilo de los mismos. Los comics franceses e italianos eran (y son) extravagantes, y los personajes hacen las cosas con clase. Desde Barbarella a Fantomas, desde Modesty Blaise hasta Diabolik, sus viñetas siempre hicieron hincapié en el aspecto sexista de los personajes, algo que las tiras norteamericanas no podían hacer por cuestiones de censura. Vale decir, la historieta del viejo mundo estaba destinada a un público eminentemente adulto, y sus relatos funcionaban como las fantasías de cualquier individuo de más de 20 años.
Danger: Diabolik es la adaptación del personaje de marras producida por Dino de Laurentiis y dirigida por Mario Bava. Al contrario de otros seguidores post Batman, aquí la historia no está contada en tono camp sino como una aventura pulp con toques de comedia. Diabolik es despiadado y extravagante, y es una fusión de Batman, James Bond y Fantomas. Vive en una exótica cueva, maneja exóticos autos, tiene una exótica mujer - que hace las veces de excelente partner a la hora de cometer los robos -, y tiene exóticos gadgets. No siempre le salen las cosas bien, pero se las ingenia para escapar siempre.
Bava relata la historia en el mismo estilo sicodélico que Batman, pero de una manera más adulta y sexista. Tanto Diabolik como Eva viven enfundados en trajes ultra ajustados, y son una pareja de belleza sobrenatural. Como Diabolik está John Phillip Law (que un año después sería el angel Pygar del clásico de culto Barbarella), quien llegaría al status de super estrella en el viejo continente gracias a producciones como ésta. Law es bastante duro para actuar, pero tenía suficiente carisma y gran aspecto como para llenar de pleno la pantalla. En el rol de Diabolik cumple con lo que pide el personaje: irradiar magnetismo animal y misterio, especialmente cuando se enfunda en el traje de latex negro que sólo deja sus ojos al descubierto.
Es una película que irradia estilo por donde se lo mire. Ciertamente Bava comete unos cuantos errores que son propios de los directores italianos - transiciones bruscas de escenas, la banda de sonido amputada cuando cambia la secuencia, primerísimos planos, efectos especiales baratos -, pero al menos aquí son más digeribles que en la bizarra Barbarella del mismo productor De Laurentiis. De hecho, Danger: Diabolik es la adaptación de comic que Barbarella debió haber sido: fiel a la original, movida y bastante sagaz. Los episodios en que se ve envuelto el personaje - aparentemente sin salida - y la resolución de los mismos es bastante inteligente. Y cuando se extralimita un poco, al menos el clima del film amerita perdonarlo.
La cuestión es que Danger: Diabolik no termina por ahondar en la historia; de hecho, el film funciona como si fueran tres capítulos del comic unidos por un fino hilo argumental. En el inicio, la alianza de la policia con la mafia para cazar al ladrón hace esperar en un verdadero duelo de ingenios; y si bien el capítulo está bien resuelto, la historia daba para mucho más. El relato intermedio es un gran chiste - Diabolik vuela los bancos del gobierno así como las agencias fiscales, así que el Estado no tiene ni idea de cómo cobrar los impuestos -, y la conferencia de prensa del ministro de finanzas (el gran Terry Thomas) para explicar la situación es hilarante. Y el segmento final también es muy disfrutable, con el imposible robo de un lingote de oro de 20 toneladas.
A pesar de las desprolijidades de Bava y de la inusual (y horrenda) banda sonora de Ennio Morricone, Danger: Diabolik es un film excepcional. Posiblemente tenga que ver con el sex appeal de los protagonistas, lo cool de su vida de aventuras, y su fetichismo por las piedras preciosas, el oro y el dinero - la escena en que John Phillip Law y Marisa Mel hacen el amor en una cama redonda tapizada con millones de dolares en billetes es un clásico - le dan una personalidad que pocas películas han vuelto a lograr. Simplemente es puro estilo.
John Phillip Law participaría en un homenaje a la clásica escena de cama en el film CQ de Roman Coppola (hijo de Francis Ford) en el 2001.
http://www.sssm.com.ar/arlequin2/diabolik.html


"La única que pude rodar con un verdadero desahogo económico –le dijo Mario Bava a Ornella Volta– fue Diabolik. Pusieron a mi disposición ciento cincuenta millones de pesetas, pero estoy tan acostumbrado a trabajar con escasez monetaria que sólo gasté veinte millones de pesetas. La produjo De Laurentis, que es una casa de producción alucinante, peor que un ministerio. Precisamente cuando estábamos rodando tenia lugar en Italia el famoso proceso contra los cómics sádicos, y para evitar problemas, Laurentis quiso que en la película no se derramase una sola gota de sangre. ¡Con un personaje como Diabolik, imagínese! Todo aquel dinero no me facilitó las cosas. He tenido que arreglármelas como en los otros casos. Nunca tenía la escenografía que quería, me las arreglaba pegando siluetas de casas recortadas de cartón sobre un cristal delante de la cámara. Hay que decir que los trucos son mi gran pasión; de no saberlos hacer no tendría forma de salir adelante. ¿Sabe de qué estaba hecho el planeta desconocido de Terror en el espacio? De un par de rocas de plástico que habían sobrado a Cinecittá de una película mitológica. Para Ercole al centro della Terra hice una apuesta: me comprometí a rodarlo todo es una sola pared descomponible provista de puertas y ventanas y con cuatro columnas desplazables. Los otros directores me llaman de vez en cuando, si se les presentan problemas de trucaje o efectos especiales. Fui yo el que cuidé el episodio de Polifemo en Las aventuras de Ulíses, de Franco Rossi" (Terror Fantastic, 3, diciembre de 1971).
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¿Cómo no se puede amar una película tan deliciosamente kitsch, tan malévola y superficial, tan rebosante de ideas demenciales y de puro genio como esta? Este es el cine que me gusta: un cine que va al grano sin prejuicios y ofrece lo que su póster promocional vende desde un principio: diversión y fantasía. Porque eso es Diabolik, una relectura sexy de Arsène Lupin pasada por el filtro del James Bond más imaginativo, una vuelta de tuerca a la figura del antihéroe que roba a los ricos no para dárselo a los pobres, sino para desperdigarlo en su lecho de amor junto a la increíblemente hermosa Marisa Mell (tengo que esforzarme para encontrar una escena más sugerente y genial que esta).
Pero Diabolik no vive sólo gracias a su ingenioso guión, la otra parte del león pertenece a su psicodélica puesta en escena, anclada en plena fiebre de un trip de ácido (memorable la escena del chute colectivo en el local del mafioso) o moviéndose plácida y sensualmente por una abrumadora paleta cromática mientras suena de fondo la música de Ennio Morricone, en un intento de enfrentar la Estética a la Ética (entendiendo la ética como la vía más adecuada para acometer un guión cinematográfico, esto es, atendiendo a factores “decisivos” como la evolución y profundidad de los personajes, la verosimilitud de los acontecimientos, etc.). Aquí todo resulta mejor cuanto más decorativo y descabellado es, porque su lógica es la del espectáculo y la del disfrute puro e infantil.
Por eso podemos decir que gana la Estética, al igual que gana el entretenimiento frente a la reflexión y el conflicto emocional/intelectual profundo. Esta joya es sexy, amoral, inteligente y casi surrealista, y si algunos críticos sesudos alzan condescendientemente la voz en clara actitud perdonavidas no hay de qué preocuparse, pues más alta se escucha aún la sardónica carcajada cómplice con que el bueno de Diabolik (al que siempre admiraremos y envidiaremos en secreto) despide la película.
Lo mejor: su absoluta falta de prejuicios.
Lo peor: que su feliz superficialidad genere injustas diatribas.
nachete
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/357021.html

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